martes, 10 de abril de 2012

UN PEZ DIGNO DE LOS MUSEOS VATICANOS


“(…) Un barbo de cristal que dio el Señor Deán Agustín de Roa, con la boca de plata y el labio dorado, con cuatro cerquillos, uno en la cola y otro en el cuello, con nueve perlas y nueve piedras coloradas, los otros de oro sin guarnición y dos alas de lo mismo”. Inventario catedralicio redactado en 1743.


LA CIUDAD DE ALBARRACÍN PROMOCIONA SUS COLECCIONES A TRAVÉS DE SUS PIEZAS MÁS EMBLEMÁTICAS Y ÚNICAS

M. CRUZ AGUILAR / Teruel
Un PEZ DE CRISTAL DE ROCA elaborado en un prestigioso taller de Milán en el siglo XVI y que bien podría formar parte de los Museos Vaticanos. Esa es la pieza protagonista con la que la Fundación Santa María quiere incentivar la visita a sus museos durante este trimestre en Albarracín. La iniciativa, que se ha puesto en marcha ahora, pretende utilizar como gancho algunos de los elementos patrimoniales más valiosos que tiene la ciudad para atraer a los turistas hacia el interior de sus centros expositivos.


El SALERO-NAVETA EN FORMA DE PEZ, que siempre se ha exhibido en el Museo Diocesano de Albarracín, constituye su joya más singular. Se trata de un espléndido vaso o recipiente en forma de pez, utilizado litúrgicamente como naveta. De cristal de roca e interiormente vaciado, fue un regalo hecho a la catedral por su deán Agustín de Roa.




Lo que no consta es cómo llegó a sus manos esta exquisita obra renacentista de finales del quinientos y de origen italiano, de un prestigioso taller milanés, cuyo primer destino bien pudo ser la refinada mesa de alguna familia noble o principesca. Del mismo taller se conserva alguna pieza similar en el Walters Art Museum de Baltimore (EEUU), el Museo degli Argenti de Florencia (Italia) y en el Castillo de Rosenborg en Copenhague (Dinamarca).


Finalmante, el gerente de la entidad Antonio Jiménez, recuerda que en la ciudad hay “piezas excepcionales y únicas” y el objetivo de esta campaña es “activar los museos públicos”. En lo que se refiere al pez de cristal, el responsable de Santa María comenta que “es único en el mundo y podría exhibirse perfectamente en los Museos Vaticanos, pero siempre ha estado en Albarracín”.




Fuente: Diario de Teruel de 06-04-2012 (más información en la edición impresa) y Fundación Santa María de Albarracín.


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